Las presentaciones orales o exposiciones han sido usadas desde siempre dentro de la estrategia de enseñanza de las instituciones educativas, como una herramienta para dinamizar la clase y lograr que los estudiantes se apropien de las temáticas. Sin embargo, estas presentaciones pueden ser difíciles de preparar, aburridas de ver y cuando la información no está bien organizada o el expositor no maneja las mínimas recomendaciones para hablar en público, una total pérdida de tiempo.
Para lograr que una exposición sea efectiva y motive el proceso de aprendizaje de forma adecuada, Eleducador.com encontró una lista de consejos muy útiles al momento de planear una jornada de exposiciones con los estudiantes.
Consejos para mejorar las exposiciones de los estudiantes
1. Para reducir la ansiedad de hablar en público, inicie con pequeños proyectos basados en temas que los estudiantes conozcan muy bien y sobre los que puedan hablar con confianza. Los temas tratados con mayor facilidad son los que les interesan directamente, como la música, las películas, las nuevas tecnologías, entre otros.
2. Permitir que los estudiantes hagan exposiciones en parejas o en grupo disminuye la tensión.
3. Asigne a los estudiantes la lectura de un artículo de revista relacionado con alguno de los temas vistos en clase. El estudiante deberá resumir los puntos clave de la lectura y hacer una presentación de no más de 5 minutos. Esto les ayudará a construir argumentos concisos y a exponer su opinión sucintamente.
4. En general, una exposición individual nunca debería excederse de 10 minutos. Pocos estudiantes poseen las habilidades para mantener la atención de sus compañeros por periodos más prolongados. Tampoco es aconsejable tener una serie de exposiciones durante la misma hora, pues a menos de que estén combinadas con dinámicas, el público tiende a perder concentración y cansarse rápidamente. Es importante lograr que este tipo de jornadas combinen diferentes metodologías y dinámicas que mantengan a la audiencia atenta y entusiasmada.
5. Como parte de un acercamiento pedagógico a las exposiciones, grabe con una vídeo cámara las presentaciones de los alumnos y en otra clase muestre las grabaciones para que los estudiantes puedan hacer una autoevaluación de su desenvolvimiento. ¿Qué cosas se pueden mejorar? ¿Qué cosas se deben evitar? Todo esto visto con sus propios ojos.
6. Al final de cada exposición, acostumbre al curso a que siempre se debe abrir un espacio para preguntas del público. Esto alertará a los estudiantes para que preparen a fondo sus presentaciones, sin limitarse a leer o explicar lo consignado en su documento de Power Point o en las carteleras. Además fomentará la atención del resto de la clase, manteniendo tanto a ponentes como a asistentes concentrados en lo que se dice.
7. Otra buena forma de evaluar el desempeño de las presentaciones y retroalimentar a los expositores es pedir al resto del grupo que anoten sus apreciaciones sobre la presentación en una hoja de papel. Usted puede guiar estas opiniones haciendo preguntas como: ¿qué te parece que el expositor puede hacer mejor? ¿Qué te parece que el expositor hace muy bien?
8.El manejo del tiempo es crucial. Otorgue siempre un límite de tiempo y hágalo respetar. Este límite debe estar acorde con la edad y la complejidad del tema. Para estudiantes de primaria, 3 a 4 minutos son suficientes. Los estudiantes de los últimos años de bachillerato pueden organizar exposiciones de hasta 10 minutos. Así mismo exija en la calidad del material de apoyo.
9. El debate también es una metodología muy útil para desarrollar habilidades para hablar en público.
10. Entrene a los estudiantes en el manejo de tarjetas con puntos clave a recordar y así mismo en el manejo de material de apoyo claro y concreto. Aconseje para que eviten los textos demasiado largos y difíciles de leer y aclare que no es necesario aprender de memoria los textos. Cuando vea que un estudiante se ha memorizado la exposición, hágale preguntas relacionadas que lo lleven a salirse del guión y a expresar su propia opinión del asunto.
11. Si los estudiantes se entrevistan unos a otros, esta actividad propicia nuevas habilidades de desenvolvimiento discursivo. El tema de la entrevista puede ser fácilmente guiado por el profesor e incluso los estudiantes pueden asumir roles ficcionales, en los que representen personajes históricos o populares.
Fuente: Eleducador.com
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