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lunes, 18 de abril de 2016

5 técnicas para que tus alumnos “estiren” sus respuestas

David Soria

Maestro bilingüe y formador de profesores. Soy el creador de www.teachingsolutions.es, un proyecto que busca mejorar la formación del profesorado mediante cursos de aplicación práctica en el aula.

Cuando los alumnos responden una pregunta correctamente tenemos la tentación de premiarles con un rápido feedback tipo “bien” o quizás repetimos la respuesta para el resto de la clase para que todo el mundo pueda reconocer el acierto del alumno en cuestión.

Sin embargo, el verdadero premio a una respuesta correcta es seguir haciendo preguntas relacionadas o pedir justificaciones de la respuesta. Esta es una manera sencilla de diferenciar la instrucción y pedir a cada alumno lo máximo de lo que es capaz.
Estirar las respuestas | Tiching
Esta técnica nos permite dos cosas:

Descartamos que la respuesta correcta haya sido accidental, debida a la suerte, o por inspiración divina.

Podemos ayudar a nuestros alumnos a razonar más allá de lo que ya saben y motivarlos en su aprendizaje.

Esta forma de diferenciar la instrucción es mucho más sencilla que dividir la clase en distintos grupos de nivel y que trabajan (si es que lo hacen) de un modo independiente.

¿Qué tipo de preguntas podemos usar para estirar las respuestas?

Pide al alumno que justifique su respuesta. ¿Cómo has llegado a esa respuesta? ¿Por qué lo sabes? 

Exige otra forma de responder. La memorización por si misma no siempre es mala, pero expresar una idea de una única manera si lo es. En matemáticas a menudo existen varias maneras de llegar a una respuesta correcta.

Busca que el alumno use un vocabulario técnico o específico. Sin desmerecer sus respuestas, podemos y debemos exigir a nuestros alumnos lo máximo que puedan dar, cada uno dentro de sus posibilidades. Esto pasa por expresarse con un vocabulario rico y ajustado al tema de estudio.

Pide argumentos o pruebas que apoyen una determinada respuesta. Esto te evita tener que mostrar tu desacuerdo con una respuesta y abre el camino para que des apoyo a aquellos alumnos que no han entendido bien un nuevo concepto.

Pide que el alumno integre la respuesta usando otras habilidades aprendidas en clase. 

¿Qué significa la palabra vagar en este contexto? 
Ir de acá para allá sin un propósito concreto.

Genial. ¿Conoces un sinónimo del verbo vagar?
Deambular (¿?) 

Eso es.  Ahora, intenta utilizar cualquiera de estos dos verbos en una oración.

En definitiva, cuando hacemos que nuestros alumnos “estiren” sus respuestas, estamos haciendo justicia pues les exigimos lo máximo de lo que son capaces, una vez que ya han demostrado saber el mínimo que se les preguntaba.

También  potenciamos una correcta expresión oral, capacidad argumentativa y otras habilidades que les han de ayudar a tener éxito en el futuro. 

Ver el artículo original en: Tiching. El blog de Educación y TIC

sábado, 16 de abril de 2016

MIRANDO LA TIERRA DESDE BELEROFONTE

Desde Belerofonte
Queridos amigos, hoy os propongo observar un planeta que se llama Tierra. ¿Os parece? Bien. Es un planeta precioso situado a tan solo unos 51 años luz de nuestra Belerofonte (1). Y vamos a enfocar nuestra observación sobre el ser vivo que parece dominar todo el planeta, el ser humano. Preparaos para algunas sorpresas.



-Mirad. Vemos a unos 7.000 millones de humanos, repartidos de esta manera en lo que llaman continentes: 10% en Europa, 14% en América, 16% en África y 60% en Asia. Una cosa llama inmediatamente la atención, ¿la veis? Sí, correcto: No todos viven de la misma manera, tienen diferentes modos de vida. Muy diferentes. Podríamos resumirlo diciendo que 82% del patrimonio de la Tierra está en las manos del 8% de la población.


-¿Qué dices?


-Lo que oyes. Muchos apenas cubren sus necesidades vitales de salud y de alimentación; de hecho algunos, sobre todo niños, mueren de malnutrición o de enfermedad, mientras otros se compran cosas tan vitales para ellos como son gafas de oro, teléfonos móviles incrustados con diamantes, relojes de precios inconcebibles, accesorios de lujo carísimos para sus perros, sin hablar de gastos astronómicos en comidas, bebidas, ropa, fiestas, viajes…


-Pues sí, eso es muy raro. ¿Cómo es posible que esos “ricos” no se pongan tristes ante tal situación e intenten cambiarla?


-Es que creen que la felicidad se consigue con tener, con poseer cada vez más cosas.


-¡No me digas! ¿No saben que la felicidad es cosa del interior de cada uno?


-Pues no. Ahora veamos otra cosa sorprendente, la veis ¿verdad?


-Sí, es increíble. ¡Se pelean entre sí!


-Correcto. Y mucho. A nivel individual, cuando hay conflictos, es muy fácil que se agredan, verbalmente pero también físicamente. Y a nivel grupal o nacional, han desarrollado una tecnología muy perfeccionada para destruir construcciones, hasta ciudades enteras, e incluso matar a otros hombres. Lo llaman “hacer la guerra”. Hay hombres especializados en esta actividad llamados “militares”, la gran mayoría de ellos de sexo masculino. Pero muchos no-militares también pueden morir durante las guerras o ser heridos de gravedad o ver sus casas y sus empresas destruidas. En un momento dado, es muy raro que no haya una guerra en un rincón u otro de ese planeta.


-O sea que, en caso de conflicto, lo ideal para ellos es, al parecer, ¡eliminar al otro o a los otros!


-Eso es.


-Entonces, además de ser poco solidarios, ¡son violentos!


-Pues sí.


-¡Será posible! Habrá mucho sufrimiento en la Tierra, ¿verdad?


-Muchísimo.


-Ahora os voy a enseñar otra cosa, asomaos y mirad bien porque es un poco más difícil de ver desde aquí. Os ayudo: es consecuencia de los dos primeros aspectos que hemos visto. ¿Veis esos hombres, esas mujeres, esos niños que caminan?


-Ah sí. ¿A dónde van?


-Pues, dejan su casa, su pueblo, su país para intentar vivir decentemente en otras partes del planeta donde hay más riqueza o donde no hay guerra.


-¿Y lo consiguen?


-Pocos. Unos mueren en el intento, otros son detenidos y reenviados a su país.


-¿Tan difícil es cambiar de país?


-Sí, lo es. Hay cada vez más muros o vallas de alambre de hasta 6 metros de altura que impiden la entrada en los países más acomodados.


-¿De verdad? Y ¿por qué los humanos no reparten mejor las riquezas existentes y crean nuevas allí donde más falta hacen, y así no tendrían algunos que dejar sus casas y sus pueblos?


-Sería lo suyo. Pero eso supondría invertir dinero en proyectos que no les beneficiarían, por lo menos a corto plazo, y eso no les entra en la cabeza. Es  una pena porque todos saldrían ganando a medio y largo plazo. Lo que pasa es que cada país está cegado por el deseo de crear más riqueza en su casa.


-O sea que no ven mucho más allá de la punta de sus narices.


-Sí, se puede decir eso.


-No me lo puedo creer. Y ¿no hay ningún hombre sensible, compasivo y con mejor visión de futuro?


-Sí, los hay. No se ven a primera vista. Pero si usamos un zoom poderoso y oteamos un poco más en detalle, podemos percibir algunos de ellos, minoritarios eso sí. Tienen unas actitudes diferentes, podríamos decir opuestas. Son respetuosos, comprensivos, compasivos, cariñosos, amorosos. Han desarrollado una técnica que les permite escuchar, hablar, mirar, tocar desde el corazón. Y así pueden resolver todos los conflictos porque los dos opositores salen ganando.


-Y ¿por qué no proponen a los demás hombres cambiar de actitud?


-Sí lo proponen. Pero no son ellos los que cortan el bacalao. ¿Los podéis distinguir? Tienen algo diferente de los demás.


-Sí, se les nota algo en la cara, sonríen, parecen felices.


-Correcto. También son abiertos y no tienen miedo.


-¿Es que los otros no son felices?


-Pues, creo que no lo saben ni ellos mismos. Lo que sí saben es que tienen necesidades no cubiertas y hacen todo lo posible para satisfacerlas. Quieren más “poder adquisitivo”. Lo que pasa es que, una vez cubiertas, aparecen otras. Entonces hay que producir cada vez más riquezas materiales. Lo llaman “crecimiento económico”.


-Pero en vez de eso ¿no podrían los más privilegiados ajustar su consumo, su nivel de vida al nivel de las riquezas existentes?


-¡Uuuuuuh, pero eso significaría que su poder adquisitivo deje de subir, o incluso para algunos baje! Y no estánpreparados para aceptarlo. Están todavía en la mística del crecimiento. Eso significa tirar de los recursos naturales que, como bien sabéis, son limitados. Lo saben ellos también, pero lo curioso es que siguen actuando como si no lo supieran, siguen pensando que la solución, casi diría la salvación, es el crecimiento ilimitado. Lo peor es que, al hacer eso, ponen en peligro el futuro del planeta mismo “La demanda de la humanidad excede en cerca de un 50% la capacidad regeneradora del planeta, con lo cual está destruyendo el capital natural en lugar de utilizar tan solo los intereses, que sería lo sostenible” (2). Además usan herramientas que contaminan mucho, lo cual produce un recalentamiento climático que ya tiene efectos observables: Las zonas secas se vuelven cada vez más secas, las húmedas cada vez más húmedas, las catástrofes naturales son cada vez más numerosas y más devastadoras, el nivel de los océanos sube, acarreando la desaparición de zonas en la actualidad habitadas. Por ejemplo, Tuvalu, el país independiente con menos población de ese planeta ya tiene sus años contados. Sus 11.000 habitantes tendrán que dejar su país anegado por el océano. Serán los primeros refugiados climáticos.


-Pero no hay entre los hombres algunos con sentido común que les digan: “Vamos por mal camino, no podemos seguir así, hay que hacer algo urgentemente.”


-Sí, hay.


-¿Y?


-Tres posibilidades: 1- Nadie los escucha, son voces en el desierto. 2- Los poderosos escuchan, se reúnen y no se ponen de acuerdo para adoptar soluciones. 3- Escuchan, se reúnen, se ponen de acuerdo sobre decisiones y no cumplen con las decisiones. Desde la Cumbre de la Tierra en Rio (1992) a la Conferencia de Varsovia que se acaba de terminar, pasando por Kioto, Bali, Copenhague y Doha, no han tomado decisiones vinculantes. Además el país que más contamina (E.E.U.U.) no participa en las conversaciones. A ver lo que pasará en Paris en 2015. Conclusión, el objetivo de limitar el calentamiento a 2 grados de aquí a 2100 ya es inalcanzable. Será probablemente más cercano a los 4 grados.


-Entonces, ¿Cómo ves su futuro? ¿Van a la catástrofe?


-No necesariamente. Hay cada vez más gente consciente de la gravedad de la situación y de lo urgente que es tomar decisiones a nivel planetario. No hace falta que haya una mayoría, con un porcentaje relativamente limitado de hombres convencidos y decididos se podrían conseguir cambios decisivos. Además podrán contar con otra parte de la población; esa que, aún no estando comprometida con este reto porque su situación no se lo permite hacerlo, cuando el panorama se ponga peor, sí que se pondrán a luchar para un cambio verdadero.


-¿Tú crees que la situación de la Tierra va a empeorar?


-Sí, todavía no ha tocado fondo. Desafortunadamente solo entonces se decidirán a tomar medidas drásticas para salvar el planeta. Tarde, eso sí, porque habrá sufrido mucha gente, se habrá perdido mucha biodiversidad. Pero los seres human habrán por fin aprendido a vivir juntos y a respetar a este maravilloso planeta que es el planeta Tierra.



 (1)Belerofonte es un planeta cuya estrella es 51 Pegasi, de la constelación Pegaso.

(2) Informe “planeta vivo 2012” de WWF (World Wide Fund)

Por: Philippe Despress

Ver artículo original en:

+etiKa: Desde Belerofonte:

jueves, 14 de abril de 2016

¡PROFE, POR FAVOR, NO TE AMARGUES LA VIDA!

¡Profe, por favor, no te amargues la vida!

Este artículo va dedicado en especial a todos aquellos docentes que lo están pasando verdaderamente mal en las aulas. A todos ellos vaya por delante mi más sincero, respeto y admiración.

Tienes una profesión maravillosa. Una profesión capaz de enseñar el resto de profesiones. Una profesión capaz de generar el cambio en la sociedad. Y en ese cambio tú eres un factor clave no sólo por lo que puedes enseñar a tus alumnos, sino por lo que eres capaz de inspirarles.

¿Quieres descubrir en qué consiste el arte de no amargarse la vida? ¿Quieres aprender a disfrutar de la vida disfrutando en el aula? Si es así, acabas de dar un primer gran paso. Es por ello que te doy mi más cordial bienvenida. ¡Adelante!

El arte de no amargarse la vida…en el aula.

Este artículo nace de la lectura de un libro cargado de futuro, cargado de optimismo, cargado de esperanza. Un libro que lleva por título El arte de no amargarse la vida, de Rafael Santandreu. Se trata de un libro que ha sido capaz de llegar al corazón de muchos lectores porque tiene la virtud de trasnformar la vida de las personas.

¿Qué es la terapia cognitiva?

Es libro de Rafael Santandreu está asentado sobre las bases de lo que se denomina la terapia cognitiva, una escuela de psicología con una sólida base científica y con una eficacia corroborada por estudios cualificados.

Lo que puede aprender un docente sobre el arte de no amargarse la vida en el aula.

Como resulta imposible resumir el contenido del libro de Rafael Santandreu, he decidido centrarme en algunos aspectos que me han llamado poderosamente la atención y que creo que pueden servirte para reflexionar sobre la vida que tienes o que crees que tienes y la vida que te mereces tanto dentro como fuera del aula.

Para darte a conocer la parte del libro que no reseño, he pensado en formular preguntas que el propio libro me ha suscitado.

¿Qué he aprendido sobre el arte de no amargarse la vida en el aula?

1. Emociones.

El arte de no margarse la vida pasa, ineludiblemente, por las emociones. Hay una falsa creencia en pensar que los hechos que te suceden en el aula son los causantes de tus emociones, es decir, tienes la percepción de que hay una relación de causa-efecto entre hechos y emociones y, según la psicología cognitiva, eso no es así. Pero, ¿por qué no es así? No es así

porque entre los hechos y las emociones hay una instancia intermedia: tus pensamientos, el diálogo interno que tienes contigo mismo [TUITÉALO]

El esquema más común sería este:

Hechos externos (aula) –> Pensamientos negativos –> Emociones

Fíjate en esta frase atribuída a Epicteto:

No nos afecta lo que nos sucede, sino lo que decimos acerca de lo que nos sucede

La cita es absolutamente genial, ¿no crees?

Por tanto,

el diálogo que mantienes contigo mismo es el auténtico generador de tus emociones. Aprende a dialogar contigo y aprenderás a controlar tus propias emociones tanto fuera como dentro del aula.

2. Creencias.

No hay peor enemigo para el diálogo que tienes contigo mismo que la creencias que te han inculcado desde pequeño. Creencias irracionales que condicionan tus actos y controlan tus emociones. Porque las creencias irracionales son:

Falsas porque no hay nada que las sustente.
Inútiles porque no te solucionan los problemas ni te ayudan a superar las adversidades.
Dañinas, porque producen malestar emocional, gratuito y absurdo.
Entonces,

¿qué tienen de bueno las creencias?

Que en cualquier momento y a cualquier edad puedes eliminarlas de tu vida para construir un diálogo contigo mismo basado en un pensamiento positivo y constructivo.

3. Percepción.

¿Alguna vez has pensado o pronunciado en voz alta la siguiente frase?

Hoy que tenido un día terrible

Yo sí. Y demasiadas veces. Si tú también la has pronunciado, déjame que te explique en qué consiste la objetividad emocional.

La peores frases que puedes pensar o pronunciar son las que califican tus actos como terribles. ¿Por qué? Pues

porque llevan al descalabro emocional y te impide resolver situaciones que con otro pensamiento tienen solución

Para ello, Rafael Santandreu recomienda lo que él llama La línea de Evaluación de las Cosas de la Vida.

La línea de la Evaluación de las Cosas de la Vida.

Fíjate en la siguiente escala:

Genial. Muy bueno. Bueno. Normal. Malo. Muy malo. Terrible

De toda esta escala tu objetivo es situarte entre lo Bueno-Normal-Malo. Dentro de ese margen puedes o deberías ser una persona feliz.

Imagínate por un momento que has acabado una sesión lectiva en el aula y, al salir, el diálogo contigo mismo es el siguiente:

– He tenido una clase terrible.

– Nadie me escucha.

– Nadie ha entendido nada.

– Nadie me respeta.

– Nadie tiene el más mínimo interés en aprender lo que enseño.

– Es la peor clase que he tenido en mi vida.

– Mañana será igual o peor.

Mientras vas manteniendo ese diálogo contigo mismo por el pasillo, vas de camino de impartir en otra aula otra clase con otro grupo. ¡Vaya panorama para ti y tus alumnos!

El diálogo que has mantenido contigo mismo mientras caminabas por el pasillo refleja la propensión que tienen las personas de terribilizar, cuando sabes bien que la clase que has impartido no se sitúa en la escala de lo terrible. Son tus pensamientos los que han querido que fuera terrible. Por tanto,

se trata de evaluar en su justa medida porque la mayoría de las veces las adversidades no son tan malas como las que imaginas

4. Preferir vs. exigir.

Las personas, por lo común, tenemos tres creencias irracionales básicas que creo que se podrían trasladar perfectamente a un aula y serían:

La clase DEBERÍA ir bien o muy bien.
El alumnado DEBERÍA respetarme, tratarme bien y tenerme en consideración.
Las circunstancias que sucedan durante el tiempo que esté en el aula DEBERÍAN serme favorables.
Debería, debería debería o, lo que es lo mismo, creencia irracional, creencia irracional, creencia irracional. Creencias tajantes, inflexibles y poco o nada realistas. Rafael Santandreu las compara con las rabietas de un niño.

Te aseguro que si segundos antes de entrar piensas en estas tres creencias, nunca saldrás satisfecho de un aula. ¿Por qué? Porque tus creencias se han fundamentado en creencias irracionales, las causantes de tu continua malestar emocional.

De las creencias irracionales a las creencias racionales.

Vamos a hacer un ejercicio que consiste en suprimir el DEBERÍA de las tres frases que he escrito más arriba por otras con un enunciado diferente:

Me encantaría que la clase saliera bien, pero no es imprescindible para sentirme bien y disfrutar del resto del día.
Sería estupendo que todos los alumnos me respetaran, pero puedo vivir perfectamente sin ello.
Cómo me gustaría que lo que sucede en el aula me fuera favorable, pero como no siempre va a ser así, seguiré siendo feliz aun cuando se produzca alguna adversidad.
¿Cuál es la conclusión a la que puedes llegar? Pues que

la felicidad en el aula radica en lo que uno prefiere y no en lo que uno exige

5. Deseo vs. necesidad.

¿Conoces la distinción entre deseo y necesidad?

Déjame que sea Rafael Santandreu quien te lo explique:

Un deseo es algo que “me gustaría” ver cumplido, pero que “no necesito”. En cambio, una necesidad es algo sin lo cual NO puedo funcionar.

¿Qué significa esto? Pues que

los deseos producen placer, mientas que las necesidades que inventas producen inseguridad, insatisfacción, ansiedad y depresión

Aquí tienes 8 ideas generadoras del malestar emocional más arraigadas de nuestro tiempo:

Necesitas tener alguien a tu lado.
Necesitas ser alguien en la vida.
Necesitas defender tu imagen.
Necesitas una propiedad.
Necesitas tener buena salud para ser feliz.
Necesitas ayudar a tus familiares.
Necesitas tener una vida apasionante.
Necesitas tener más y mejor.

¿Y qué necesidades son las que nuestro tiempo te exige como docente?

Le he dado muchas vueltas a esta idea y aquí van algunas necesidades que la sociedad te ha inculcado:

Necesitas que todos tus alumnos aprendan.
Necesitas que todos tus alumnos te respeten.
Necesitas que todos tus alumnos te escuchen.
Necesitas que todos tus alumnos estén en silencio.
Necesitas que todos tus compañeros reconozcan tu trabajo.
Necesitas que todos los padres valoren tu trabajo.
Necesitas acabar el temario que te has marcado al inicio de curso.
Necesitas ser capaz de atender a todos tus alumnos por igual.
Necesitas ser capaz de ayudar a todos tus alumnos cuando estos lo necesiten.
Necesitas…

Esta es sólo una pequeña muestra, pero seguro que a ti se te ocurren algunas más.

Todas y cada una de estas aseveraciones son precisamente creencias irracionales que son las causantes de un fuerte malestar emocional y neurótico. Simplemente hay que verlas como preferencias, pero jamás deben convertirse en una condición indispensable para la felicidad, perdón, quería decir para tu felicidad.

Estas han sido cinco reflexiones que he querido compartir contigo acerca del libro de Rafael Santandreu. A continuación, te plantearé otras que me parecen esenciales y que el autor desarrolla en su libro.

26 Preguntas para no amargarse la vida en el aula.

¿Cómo se soluciona un problema?
¿Se puede conseguir todo aquello que uno se proponga? ¿Es necesario?
¿Cómo afectan las supersticiones?
¿Cómo hay que pensar para combatir las creencias irracionales?
¿En qué consiste el argumento existencial?
¿Cómo se alcanza la perseverancia?
¿Qué 10 necesidades son realmente necesarias?
¿En qué consiste la “necesititis”?
¿Cuáles son las necesidades inmateriales que ha creado la sociedad actual?
¿En qué consiste la comodidad?
Si tuvieran que cortarte un brazo o una pierna mañana mismo, ¿qué miembro elegirías? ¿Por qué?
¿Por qué quejarse es una pérdida de tiempo?
¿Qué produce la desdicha en la mayoría de las personas?
¿Por qué es tan importante aburrirse?
¿Cómo se supera el miedo al ridículo?
¿Por qué la gente tiene vergüenza?
¿Qué diferencia existe entre una sugerencia y una obligación?
¿Qué papel juega el humor en la vida de una persona?
¿Por qué la eficacia es un mito?
¿Qué se entiende por la fase de aceptación?
¿Por qué es tan importante tener tolerancia a la frustración?
¿Por qué aceptar no es conformarse?
¿Tienes la mente del mono loco?
¿Qué son los miedos encadenados?
¿Por qué no se puede aumentar la autoestima?
¿En qué consiste la buena asertividad?
Como ves, el libro no tiene desperdicio. ¿Y sabes por qué? Porque los buenos libros están hechos de grandes preguntas y de las mejores respuestas.

¡Profe, por favor, no te amargues la vida! A modo de conclusión.

Si has llegado hasta aquí, espero que hayas disfrutado tanto de la lectura como yo he disfrutado escribiendo esta entrada.

Cambiarse a uno mismo no es fácil. Enterrar las creencias irracionales supone un arduo trabajo.

Pero hay que tener la determinación para decidir seguir igual o avanzar hacia una vida donde lo terrible se conciba sólo como algo malo, donde el deseo no se confunda con la necesidad, donde el diálogo que mantienes contigo mismo no sea un diálogo tóxico, sino constructivo.

Ojalá tengas la determinación de superar tus miedos para compreder en palabras de Rafael Santandreu:

que no hay nada que temer

Ver artículo original en: JUSTIFICA TU RESPUESTA